Estudio de cambio de reglamentos



Con la introducción del nuevo reglamento de la Fórmula 1 se está armando mucho jaleo, seguramente bastante más del que generan los motores V6. Ahora bien, si consideramos que este es un deporte donde todo gira en torno a la innovación tecnológica, ¿no resulta irónico que lo único que se mantiene siempre igual sean las quejas sobre los propios cambios? Vamos a recordar unos cuantos casos de vuelcos y transformacioens radicales del reglamento. En todos ellos hubo quien vaticinó la muerte de la F1… y al final no fue para tanto, ¡sigue vivita y coleando!

1989: Se prohíbe el turbo

¿Qué cambió? La era del turbo, con sus espectaculares motores de calificación aullando con 1400 caballos de potencia, acabó con una prohibición.
¿Qué implicó? En la F1 coincidieron los motores de aspiración normal (relativamente asequibles) y los turbos (de costes brutales). Los turbos dominaban el panorama, a pesar de que se introducían medidas para restringir su supremacía. A partir de 1989 quedaron prohibidos; desde ese año la F1 adoptaría los motores atmosféricos de 3.5 litros. ¿Qué sucedió? Pues poca cosa: McLaren fue la escudería dominadora en 1988 con un motor Honda V6 turbo de 1.5 litros y en 1989 continuaron en cabeza con un motor de 3.5 litros.
¿Mejoró la F1? Lo cierto es que ni se abarató ni perdió velocidad. Pero la era de los motores de 3.5 litros sí que fomentó la libertad en el diseño, con todo un catálogo de configuraciones de lo más curiosas. En 1991, Honda saltó al V12, lo cual despejó el camino para que McLaren sumase cuatro títulos consecutivos con tres motores totalmente distintos. Después todo fueron motores V10 hasta el final de 2005.


2006: Saltan a la palestra los V8 -  2007: Se congelan las especificaciones

¿Qué cambió? En 2006 llegaron los nuevos motores V8 de 2.4 litros a la F1. Seguidamente, en 2007 se decidió bloquear sus especificaciones e implantar un límite de 19 000 rpm (posteriormente fueron 18 000).
¿Qué sucedió? Pues justo lo que se prometía. Se retiraron de la circulación los motores V10 de 3.0 litros y llegaron los V8. A finales de 2006, la FIA se hizo con una unidad de cada fabricante, las homologó e impuso como norma que en las siguientes temporadas se emplease el mismo diseño.
¿Qué implicó? La F1 nunca ha logrado igualar las velocidades registradas en los últimos años de los V10, así que reducir el tamaño de los motores tuvo exactamente el efecto que se buscaba. Por otra parte, congelar las especificaciones fue, probablemente, menos productivo. Las escuderías todavía tenían permiso para actualizar los motores por motivos de fiabilidad, seguridad o economía, aunque se requería una autorización para ello. A finales de 2013, Renault dio a entender que aproximadamente el 80 % de los componentes de sus propulsores habían pasado por este proceso.
¿Mejoró la F1? Se enfrió la guerra de motoristas, se detuvo la loca carrera de los fabricantes por proporcionar potencias estratosféricas y, a cambio, la F1 se volvió una competición centrada en gran medida alrededor de la aerodinámica. También provocó que los motores fuesen más fiables. ¿Y eso son mejoras? ¡Pues depende de a quién se lo preguntes! En su momento, mucha gente refunfuñó porque eliminar la competición entre los motoristas acabaría por arruinar la competición. Lo irónico del asunto es que hoy se afirma que devolver esa misma competencia al escenario también llevará a la F1 al desastre.

2009: Se reduce el downforce

¿Qué cambió? Las normativas sobre carrocería y alerones se sometieron a una revisión drástica, cuya finalidad era limitar el downforce, limpiar el aire que los monoplazas dejaban tras de sí y facilitar los adelantamientos.
¿Qué sucedió? Los coches se dotaron de alerones delanteros mucho más anchos, mientras los traseros se empequeñecían. Las superficies superiores se quedaron sin minialerones o deflectores y el fondo plano (teóricamente) se simplificó.
¿Qué implicó? Los seguidores se mostraron horrorizados ante el nuevo aspecto de los coches durante unas semanas. Luego, de forma gradual y general, se acostumbraron. De hecho, si hoy nos fijamos en los monoplazas de la generación inmediatamente anterior a 2009, parecen unos artefactos extraordinariamente complejos, demasiado exquisitos. Luego vino el tema del doble difusor, que generó una gran controversia porque recuperaba un montón de downforce, justo lo contrario al espíritu de la norma. La FIA, desesperada, finalmente decidió que este elemento sí respetaba las normas tal y como estaban escritas. Pero si hablabas con gente de cualquiera de las escuderías que carecían de él, no estaban contentos, ni muchísimo menos.
¿Mejoró la F1? El panorama cambió radicalmente, ya que surgieron dos nuevos campeones: primero Brawn GP y después
Infiniti Red Bull Racing. Ambos lograron imponerse y acabar con las antiguas jerarquías. En cuanto a los efectos de estas normas sobre los adelantamientos, la verdad es que fueron mínimos. Por eso se introdujo el DRS dos años más tarde.

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